domingo, 27 de mayo de 2018

La iglesia de Nuestra Señora de la Sey. Capiteles de Valeria

Valeria es, en la actualidad un pueblo pequeño de la provincia de Cuenca, que cuenta con un importante yacimiento romano, correspondiente a la ciudad fundada a comienzos del siglo I a. J.C. por Cayo Valerio Flaco. Aunque los restos no son demasiado espectaculares, acaso determinen uno de los yacimientos interiores más interesantes de los dos tercios norte de la Península. Los estudios arqueológicos del yacimiento han confirmado que la época de mayor expansión urbana aconteció durante el siglo I d. J.C.


Su existencia como población relevante debió llegar hasta el fin de la Antigüedad, porque está documentada su existencia como sede episcopal en tiempos visigodos: entre 589 y 693 sus obispos asistieron a los Concilios de Toledo. Sin embargo, apenas existe restos arqueológicos que se puedan relacionar con esa época; los estudiosos otorgan esa cronología a ciertos restos funerarios a dos relieves reutilizados en la iglesia de la actual Valeria, donde acaso subsistan otros restos más difíciles de identificar...
La iglesia de Valeria es un templo "románico" —no sé si es oportuna esta etiqueta sabiendo que los arcos de las naves son apuntados — de tres naves que pudo haber sido construido en los alrededores del año 1300. Lo más relevante: que es la única iglesia "románica" de tres naves de la provincia de Cuenca, la cubierta de madera mudéjar y que, para construirla, se emplearon elementos ornamentales romanos, en fórmula sorprendente. Desde mi punto de vista, lo más interesante es, precisamente, el conjunto de éstos, que debemos sumar a unas cuantas piezas sueltas conservadas en un pequeño "museo" ubicado en el interior de la propia iglesia.



Se ha dicho que los elementos reutilizados, obviamente, procederían de Valeria y que fueron empleados en la construcción de la iglesia mediante procedimientos y finalidades diversas. Se ha dicho que para la construcción de la iglesia, "se instalaron en un primer momento las columnas romanas, que podemos ver embutidas en sus muros para, después, construir los arcos apuntados de gran tamaño que separan las naves". También, que se recurrió a estos elementos como simple material de relleno, de manera aleatoria... Como el lector imaginará, no puedo estar de acuerdo en absoluto.
Sobre la primera "tesis", es decir, que se colocaran primero los fragmentos de columna romanos para luego construir los muros y los arcos, según fórmula similar a la Tricio, debemos tener en cuenta que, dado el escaso diámetro de los fustes respecto de la altura de la iglesia, parece difícil que, incluso, soportaran el peso de ellos mismos; es mucho más probable que se fueran colocando al tiempo que se construían los muros.
Sobre la segunda tesis: si así fuera, es decir, si se emplearon estos elementos como simples materiales "de relleno", hubiera sido más constructivo y sencillo colocarlos de otra manera —por ejemplo, tumbados en paralelo a la superficie del muro— y no de un modo tan cuidado en cuanto a su replanteo. Parece más probable que la inclusión de estos elementos respondiera a una "finalidad importante" diferente a la mera reutilización de materiales.

Relieve adjudicado a época visigoda
Para intentar aclarar el asunto, se me ocurre hacer una consideración previa. Si Valeria fue sede de un obispado... ¿dónde está la "gran iglesia" que debió tener?. En la iglesia han aparecido lápidas antiguas, unos pocos elementos datables en tiempos visigodo, pero nada más.
Si recuperamos las circunstancias de la iglesia de Tricio, es sugerente plantear la hipótesis de que los restos romanos que hoy vemos en la iglesia (sillares, fragmentos de fuste y capiteles) de sean también restos de la primitiva iglesia cristiana de la sede episcopal de Valeria. Creo que la pobreza las primeras iglesias hispanas y, en especial, de las de "época visigoda" podría explicarse, precisamente, por la circunstancia que ya he mencionado en varias ocasiones: que fueron construidas empleando masivamente restos de las construcciones imperiales.
Ello ayudaría a "entender" el uso que se hizo hacia 1300 de los restos hoy embutidos en los muros de la iglesia de Santa María de la Sey; como en otras muchas iglesias de la península Ibérica y de otros muchos lugares del Mediterráneo, los restos de las "pobres iglesias" antiguas fueron reempleados en las nuevas seguramente para enfatizar la continuidad entre la tradición y el impulso constructivo asociado a los grandes movimientos medievales. Por suerte o por desgracia, al no conocer cómo fue la primitiva iglesia, es difícil asumir dicha carga simbólica pero, en todo caso, parece que la reutilización de materiales fue un "invariante castizo" —si se me permite el guiño— de la primera arquitectura cristiana en todo el universo mediterráneo.

Los capiteles

Entre el yacimiento y la iglesia de la Sey, hay un conjunto de capiteles que ilustran perfectamente los diferentes procesos constructivos. Casi todos ellos están en mal estado de conservación; apenas dos o tres permiten imaginar la naturaleza de todos sus elementos ornamentales. Frente a lo que suele ocurrir en otros yacimientos, en éste, la mayoría parecen ser de la época de Augusto o algo posteriores, es decir, de cuando los trabajos arqueológicos han determinado que Valeria conoció el mayor auge constructivo.
Asimismo, frente a lo que es frecuente en otros lugares, entre o que se ofrece al visitante —me consta que existen unos cuanto más, que seguramente estarán almacenados en lugar seguro—, son proporcionalmente numeroso los capiteles de pilastra y también las variedades corintizantes.

Capiteles corintios

CVAL01

CVAL02

CVAL03

CVAL04

CVAL06

CVAL07
Uno de los capiteles mejor conservados (CVAL08) ha sido reutilizado como pila de agua bendita, en una posición relativamente anómala —se diría que en Valeria lo anómalo es norma— puesto que se hizo el hueco en la parte inferior. Es un capitel de pilastra con daños puntuales, que, tal vez, estuvo empotrado y que seguramente fue realizado durante el siglo I d-J.C. Es el 216 de Gutiérrez Behemerid, que lo catalogó en época "tardo-republicana y augustea".

CVAL08

CVAL09

CVAL10
El CVAL11 (268 de GB), que puede ser de época julio-claudia, presenta el ábaco regularizado para que pueda funcionar adecuadamente como peana de una campana.

CVAL11

CVAL12

CVAL13

CVAL14

Capiteles corintizantes liriformes

Los tres capiteles corintizantes que se pueden ver fueron tallados para pilastras y responden a la variedad liriforme; la factura es de escaso refinamiento —particularmente sensible en el espesor del ábaco y e la hechura de los acantos— y probablemente fueran realizados durante el siglo I.  Gutiérrez Behemerid situó dos de ellos en los alrededores del año 100, en paralelo a los 558 y ss. de Ostia.

CVAL15

CVAL16
CVAL17

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