viernes, 5 de mayo de 2017

Varios capiteles de Alcácer do Sal y otro más de Setúbal

Tenía pendiente visitar Alcácer do Sal desde hace mucho tiempo; y debo confesar que, en este caso, el retraso obedecía a razones paradójicas, porque hace años, desde la institución que los conserva —el Museo Municipal de Pedro Nunes—, tuvieron la amabilidad de enviarme por correo fotocopias de las fichas correspondientes y unas cuantas fotografías de tres capiteles, que, por entonces, no me parecieron especialmente interesantes. Ello compuso una situación que derivó en una idea equivocada sobre la relevancia de lo aparecido en esa encantadora ciudad, que ha convertido los alrededores del río Sado —memorable nombre— en un lugar encantador y muy recomendable para comer bien por un precio discreto. Y en este punto debo reconocer que, con frecuencia, las imágenes en blanco y negro engañan pero aún más la petulancia de quien cree estar bien informado sobre los asuntos de su propia actividad investigadora. Hoy sé que mis suposiciones estaba equivocadas, porque los capiteles del Museo Municipal de Pedro Nunes son especialmente interesantes...
En esta ocasión y por sugerencia de quien comparte mis intereses en sociedad de gananciales, se nos ocurrió acercarnos a visitar las "nuevas" instalaciones de la Cripta Arqueológica del Castillo de Alcácer do Sal, donde ofrecen una reducida selección de los fondos del mencionado museo, que debió ser cerrado para proceder a su rehabilitación. La Cripta Arqueológica ha sido convertida en área museológica con las cualidades —para bien y para mal— propias de estos espacios que deben compaginar ese carácter con las servidumbres impuestas por la estabilidad del edificio construido sobre ella.

ASC04
Desde mis datos, en el museo se conservan, al menos. cuatro capiteles, de cierto interés para seguir la "evolución" de estos elementos arquitectónicos desde la aparición de las fórmulas estandarizadas, asociadas a los planteamientos de pura retórica imperial, hasta la talla de piezas de fuerte carácter local que, para algunos, ofrecerían testimonio de la actividad constructiva en el comienzo del medievo..
Puede que el ASC04 sea el más antiguo del grupo, al menos, si nos fiamos de las imprecisa cartela que lo valora como "capitel romano". Sobre un sólido, que comienza en cilindro y finaliza en tronco de cono, con kalathos bien marcado pero sin borde definido, se disponen casi todos los elementos del orden salvo el "conjunto axial"; lo más notorio: la carencia de ornato fino. El ábaco, por su parte, manifiesta articulación con curvatura según fórmula tradicional, de radio similar a la distancia entre las aristas de los discos angulares. A destacar el espesor mínimo del ábaco, que sugiere una articulación arquitectónica concebida para combinarlo con cimacio. No me extenderé mucho sobre él porque sigue una fórmula comentada en varias ocasiones y, más concreetamente, en relación a los capiteles reutilizados de Santa Eulalia de Mérida, entre los que existen varios similares (MSE04, MSE06 y MSE08) y los del Parador de la misma ciudad. Sólo un apunte más para enfatizar una posibilidad que lo merece: dada la relativa extensión de la zona de implantación de esta modalidad, no sería descabellado plantear que todos estos capiteles fueran más antiguos "de lo que parece" y que fueran concebidos para ser "acabados" mediante estucos y pinturas hasta componer fórmulas decorativas comparables a los de la capital del Imperio, tal y como está acreditado en otros capiteles de numerosas zonas peninsulares: Mérida, Tarragona, Barcelona, Málaga, etc.

ASC03
El ASC03 es similar al anterior, pero con varias diferencias notorias. La primera, el estado de conservación, que nos permite contemplar los ángulos, tal vez, porque su reutilización como pila impuso cuidados especiales; paradógicamente, su superficie está más erosionada que la del anterior. Pero la diferencia más elocuente la encontramos en el perfil de las hojas, más triangulares y proporcionalmente de menor ancho que las del ASC04. No obstante, no creo que se trate de una pieza realizada en un momento alejado de cuando se talló la anterior. 
Me ha hecho gracia leer también aquí la valoración "difusa" que hoy ofrecen en la Cripta: "capitel romano". En la copia de la ficha que obra en mi poder lo situaban entre los siglos I y II d. C., aunque desde los datos globales que hoy poseemos, como indiqué en la entrada dedicada a Santa Eulalia, sería más prudente adelantar su cronología hasta el siglo IV, sin descalificar la valoración de los estudiosos portugueses, que debería quedar como posibilidad plausible.

El ASC01 (inventario nº 70) es un interesantísimo capitel cuya estructura define un punto intermedio entre los capiteles de orden corintio y las variedades corintizantes; sin embargo, la concepción volumétrica no define con claridad el tronco de cono que suele ocupar el cuerpo superior, tal y como, por ejemplo, sucede en los dos anteriores. Para mayor "confusión", posee dos coronas de concepción poco común, sobre todo en lo referente a las del "segundo piso", donde alternan hojas de tamaño convencional en los ejes de las caras con otras angulares que parecen ser resultado de fundir la idea de las volutas vegetales, que derivan del cáliz convencional y que encontramos en algunas variedades corintizantes, con la de las hojas angulares de ciertas variedades tardías, como las de los capiteles de cuatro hojas angulares con volutas en V, a los que dedicaré una entrada que ya está en "el horno".
Es curiosa la manera de tapizar la zona "libre" del cuerpo superior mediante serie de "hojas" alargadas y paralelas, más orientadas hacia lo geométrico que hacia lo "natural". El motivo recuerda las agrupaciones de palmas (o cañas) que hemos visto en capiteles realizados posiblemente en los alrededores del al 250. En la misma dirección apuntan el ornato de las hojas y las "volutas angulares", definidas mediante folíolos alargados con ojales obtenidos mediante puntos de trépano que hacen pensar en fórmulas de influjo bizantino. Particular interés tienen las veneras dispuestas donde habitualmente se colocaban los elementos que remataban los conjuntos axiales, que podrían interpretarse como referencias al universo iconográfico cristiano; sin embargo, nada avalaría esta deriva cultural, dado que la venera es un elemento ornamental común en época romana.

ASC01
Me ha sorprendido que, con un montaje de probable intención pedagógica, ofrezcan el capitel ASC01 como "capitel medieval" sin mayores precisiones ; y más contando con que en la ficha que me enviaron en su día se le valoraba (con dudas) como obra de los siglos I y II d. C. Y aún es más sorprendente que se ofrezca en compañía de los dos fragmentos de ornamentación arquitectónica romana recogidos en las imágenes adjuntas. Supongo que se intenta ofrecer un ejemplo "claro" de la diferencia que hay entre las fórmulas propias del Pleno Imperio con las de tiempos medievales, cuando se imitaban aquellas desconociendo el sentido orgánico que tuvieron. Sin embargo, desde mi punto de vista, en este caso entran en conflicto las hipótesis de fundamento formal con las de fundamento cultural. Si comparamos el ornato del capitel con el de los restos de las imágenes inferiores, advertiremos que se concibieron desde planteamientos estéticos y técnicos similares. Obviamente, el capitel ASC01 es estructuralmente  muy "evolucionado", pero no creo que esa circunstancia sea determinante para adjudicarle cronología de "medieval". De hecho, son abundantes los capiteles de estructura evolucionada (sin cesto troncocónico) de cronología indiscutiblemente temprana; ahí están, por ejemplo, los capiteles del Teatro de Tarragona, para documentar que la escasa valoración del katathos no es un rasgo "de época visigoda". Y otro tanto se puede decir de la aparición de fórmulas ornamentales alejadas de los prototipos más comunes.

Restos de ornamentación arquitectónica del castillo de Alcácer do Sal
El capitel de Setúbal que comentaré a continuación es, a mi juicio, otro dato significativo para armar el grandioso rompecabezas que dibujan estos elementos de ornamentaicón arquitectónica
Ciertamente debemos tener en cuenta la posibilidad de que corresponda a época relativamente tardía, pero si, como en este caso, su vinculación con formas de sentido romano es clara, debiéramos ampliar la horquilla de la atribución, cuando menos, hasta un momento en el que fuera posible que se realizaran construcciones de ciertas pretensiones monumentales.
Respetando los juicios mayoritarios entre quienes han estudiado con mayor o menor profundidad estos elementos, deberíamos datar este capitel de Alcácer do Sal entre los siglos III-VI; pero en este caso, dadas las cualidades que lo distinguen y teniendo en cuenta los restos relacionados con él y documentados por el propio museo, me parece más razonable aproximarse al juicio de Gutiérrez Behemerid (nº 834), que lo situó en los alrededores del año 200. En suma, asumiendo el mencionado rango de posibilidades, la realización de este capitel debió estar más cerca del año 250 que del 500.

Restos de ornamentación arquitectónica del castillo de Alcácer do Sal
El ASC02 (inventario nº 78) es similar al anterior (3 cm. mayor de altura), aunque se aprecia mayor erosión en su superficie. En la imagen, tomada en dirección de la diagonal del ábaco, se percibe con claridad la peculiar configuración del conjunto definido entre las "volutas" angulares, que determinan un triángulo muy afilado cubierto con una hoja de folíolos alargados y eje sogueado. Por completar la argumentación y anticipando lo que comentaré en una entrada próxima, merece la pena destacar que esta tendencia a tapizar toda la superficie del capitel está documentada en varios capiteles reutilizados de la Mezquita Mayor de Córdoba y en otros más del Museo Arqueológico de Sevilla.

ASC02. Foto del Museo Municipal Pedro Nunes
El capitel SETM01 presenta una estructura tan evolucionada que, a primera vista, muchos estudiosos del siglo pasado no hubieran dudado ni un segundo en clasificarlo en "época visigoda". Por fortuna cuenta con un detalle que altera radicalmente esa clasificación: sería el único capitel "evolucionado" (de tamaño no monumental) con resalte en el ábaco. Este elemento es más común en los capiteles jónicos que en los de orden corintio; suele ser cuadrado, pero en todo caso, frecuente en los edificios de grandes pretensiones retóricas. El cuadrado resaltado del ábaco tenía por función liberar de cargas las zonas más delicadas del capitel y, sobre todo, los ángulo que, en el orden corintio, estaban "sostenidos" por volutas angulares, a partir del siglo II, especialmente sutiles (ver imagen del capitel MMAR017). Como es natural, el resalte perdió sentido a partir del siglo III, a medida que se simplificaban los procesos constructivos y se abandonaban las escalas grandiosas, Lógicamente, en ese proceso los capiteles fueron perdiendo los detalles de virtuosismo escultórico y con ello también se olvidaron refinamientos técnicos como el mencionado resalto del ábaco.

SETM01

SETM01
Según reza la cartela del abigarrado Museo Municipal de Setúbal, el capitel procede de Largo da Misericórdia y está estructurado con formato apaisado, mediante un cesto con cuatro hojas angulares y un cuerpo superior con "volutas" en V sobre cesto troncocónico perfectamente definido pero sin borde superior (sin "labio"). Mientras las hojas de la corona inferior están cubiertas con series de folíolos que aún recuerdan la tradición de los acantos en los ojales triangulares, en el cuerpo superior apenas quedan rastro de las volutas en la forma de la agrupación de lengüetas o "cañas" (creo que en este caso, lo más propio es hablar de "cañas" en lugar de palmas o "lotos") dispuestas en serie paralela, y en el remate en espiral de los discos angulares. El tradicional motivo axial, común en las variedades corintizantes y en los derivados del orden corintio, es aquí una flor de cuatro pétalos sin tallo ni ningún otro elemento que recuerde las fórmulas más frecuentes.

MMAR017, capitel procedente del Foro Municipal de Mérida, mediados del siglo II
El perfil del ábaco define arcos cóncavos de curvatura similar a la de los capiteles del Pleno Imperio.
Teniendo en cuenta los elementos mencionados, sería difícil fecharlo más allá del año 250, aunque deberíamos relacionarlo con un taller de recursos muy diferentes a los de quienes afrontaron los alardes cuyos testimonios aún podemos contemplar, por ejemplo, en Mérida. A un taller algo más "evolucionado" correspondería el "capitel de ara" del Museo Municipal de Setúbal, indudablemente romano, que guarda relación con restos aparecidos en el área de Lisboa (Sao Miguel de Odrinhas), con ciertos capiteles conservados en el Museo Arqueológico de Zamora y con otros aparecidos en el sur de Portugal. Volverá a ello en otra entrada...

Capitel de ara, Museo Municipal de Setúbal.

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