domingo, 8 de mayo de 2016

Pompeya en obras

He visitado Pompeya en varias ocasiones. Hace años, cunado estuve en Roma a costa del Estado, hasta me correspondió protagonizar una anécdota de esas que no se olvidan y dan la medida de cómo entienden algunos empleados sus obligaciones profesionales: en compañía de una "vecina", me quedé encerrado en una casa porque el funcionario de las llaves no tuvo a bien entrar en ella antes de dar la vuelta a la cerradura. Sobre la molestia de esperar cerca de una hora a que alguien oyera nuestras voces, hubimos de soportar los comentarios maliciosos correspondientes... Como si las casas pompeyanas fueran un lugar que potenciara la libido; como mucho, par desencadenar el síndrome de Stendhal con matices de tanatorio. Eran tiempos en los que se podían recorrer buena parte de las casas recuperadas sin grandes inconvenientes.



Por desgracia, el tiempo transcurrido y la falta de medios adecuados a las necesidades han dejado el yacimiento al borde del colapso. Irregularmente, los medios de comunicación se hacen eco del derrumbe de un muro o del colapso de alguna cubierta. Sin embargo, pasearlo durante estos días proporciona una sensación patética y redundante: las ruinas están, de nuevo, al borde de la ruina.
Obviamente, el mantenimiento de un yacimiento como ese en condiciones de cierta seguridad requiere una cantidad de dinero que acaso no convenga emplear si tenemos en cuenta únicamente criterios de rentabilidad. Por suerte o por desgracia, no es previsible que los turistas dejen de acudir porque de vez en cuando se caiga alguna pared, sobre todo, si ello no supone víctimas.
Lógicamente, los gestores deben tener muy claro que sería mala propaganda la muerte de "viajante", aplastado por un bloque de opus caementicium y para ello han optado por la solución más barata colocar vallas metálicas para evitar que las personas se acerquen a los muros amenazados, que son casi todos. El resultado es similar al que proporcionaría una Pompeya como tramoya a medio hacer para una superproducción de Hollywood o de Cinecittà.



Durante estos días han colocado por diferentes lugares obras de Igor Mitoraj (1944-2014), que "dialogaban" perfectamente con el entorno. Estará abierta hasta el año que viene y, muy probablemente, sirva para compensar la mala imagen que proporcionan las malas noticias que periódicamente aparecen en los medios de comunicación.

2 comentarios:

  1. Saludos!
    http://www.telegraph.co.uk/news/2016/05/02/italy-to-spend-a-billion-euros-on-restoring-museums-and-monument/

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  2. Gracias, amigo. Con eso no tienen ni para empezar...

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