domingo, 30 de septiembre de 2012

El Museo de Santa Cruz (Toledo)


Es como casi todos los museos españoles, de titularidad del Ministerio de Cultura,  pero está gestionado por la Conserjería de Cultura de la Comunidad de Castilla-La Mancha. En este caso, está clara la responsabilidad de la brillante gestión: confluyen las prerrogativas de tirios y troyanos, en "el interés por la cultura".
He conocido el Museo de Santa Cruz en mejores tiempos, cuando constaba de dos plantas y subterráneo visitable... Con el paso de los años, tras varias exposiciones de gran proyección política y social, ha recuperado su origen primigenio de viejo hospital semiabandonado. No es posible ver la antigua sección de arqueología y de las dos plantas "principales", una está vacía, a la espera de la próxima exposición... Lo mejor cuidado es el jardín... como si quienes deciden sobre su funcionamiento en las altas instancias pretendieran seguir manteniendo en buenas condiciones el marco fotográfico. Me pregunto si para "los políticos" estas instituciones serán algo más que decorados convenientes para hacer ampulosas declaraciones de apoyo a la cultura.


En la actualidad y dentro de "la programación de primavera", hay una exposición en una de las salas bajas del claustro: "El arte del Siglo XX en los Fondos del Museo de Santa Cruz. Del Impresionismo al Surrealismo". En ella posemos ver obras del hoy cerrado Museo de Arte Contemporáneo de Toledo, que estuvo en la Casa de las Cadenas desde 1975 y que hoy permanece "cerrado por obras" indefinidamente.  En el cartel, al que se le empiezan a caer las letras, advierten que "Esta primera exposición se completará con una segunda muestra expositiva que dará a conocer el panorama de las segundas vanguardias hasta desembocar en la postmodernidad".
La colección permanente, dispuesta en la planta alta —acaso la menos afectada por las humedades—, han resuelto carencias de la instalación precedente y ya se pueden ver en orden cronológico y condiciones de iluminación efectistas pero manifiestamente mejorables, las fases  históricas más importantes de la "región toledana", mediante una selección excesivamente radical de piezas. Hace tres o cuatro años, si no recuerdo mal, no era posible contemplar las piezas medievales ni el resto de los objetos arqueológicos, exceptuando unos pocos distribuidos caprichosamente por el patio.
Lo más interesante  del museo: la espléndida colección de humedades y eflorescencias salinas.

El Museo de Santa Cruz posee un anexo en la iglesia de San Román, donde está el Museo de loa Concilios y de la Cultura Visigoda...  Sugiero al lector que acuda a visitarlo por dos razones:
1. Porque contiene uno de los mejores muestrarios de cartelas escritas con máquina de escribir antigua que existen en el mundo. Por desgracia, las condiciones de conservación son tales que es difícil averiguar si fueron realizadas con Olivetti, Erika  o Underwood.


2. Porque es un magnífico ejemplo del sentido inflacionista con el que aún se contempla la "cultura visigoda". Es obvio que los visigodos contaban con un ajuar personal característico, pero... ¿se puede hablar de arquitectura visigoda? Insisto en lo de Velázquez como "pintor austriaco". La voluntad por inflar ese componente de nuestras raíces culturales es tal, que se aplica la etiqueta a obras de cronología muy dudosa.  El conjunto de relieves ofrecido por el Museo de los Concilios es demasiado heterogéneo para adjudicarlo a una fase cultural tan inestable, sobre todo, teniendo en cuenta que Toledo fue una importante ciudad romana que ofrece escasos restos atribuidos a esa época. Hace años, Joaquín Yarza se preguntaba dónde estaba la "gran arquitectura" visigoda, que diera réplica urbana a las obras rurales, supuestamente repartidas por Castilla, y que proporcionara fundamento material a la celebración de los Concilios de Toledo. Los arqueólogos lo han tenido claro: cualquier relieve con elementos ornamentales derivados de las formas helenísticas, pero evolucionados, "tenía que ser visigodo". Yo me pregunto dónde está la gran arquitectura romana que debería corresponder a una ciudad que tuvo un circo con capacidad para más de 20.000 personas.

¿"Capitel visigodo"?
Mientras algunos de los museos más importantes de Toledo padecen penuria —también está "cerrado por obras" el Taller del Moro—,  hace dos años se inauguraba el Museo del Ejército, "justificado" por voluntad de cierto manchego ilustre aficionado a los crecepelos y porque se pretendía "reconstruir" el Salón de Reinos, donde se alojaba la antigua colección de efectos militares...
Hoy se ha olvidado la reconstrucción del Salón de Reinos, pero se puede ver el perfil imponente y reforzado del alcázar desde las ventanas del Museo de Santa Cruz... Otra metáfora recurrente.


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