lunes, 17 de octubre de 2011

15-O, poética global.


Frente a la codicia millones de personas se han unido en un abrazo místico de protestas pacíficas el domingo pasado.  Me he sentido ciudadano del mundo y ello me ha estremecido de placer abstracto y concreto: placer natural y placer desinteresado al mismo tiempo... si se me permite la coña. Contemplar a las jóvenes exultantes de ilusión conduciendo una pancarta utópica me eriza el cabello; si las muestran mancebos u hombres maduros con camiseta verde, sonrío y, si se tercia, les pregunto entre guiños si han pagado el IVA... Un hombre de tez pálida entrega coplas escritas a máquina antigua, con abundantes correcciones de tipex, sobre el dorso de papel rallado, recortado a mano... Nos ofreció una:

 Jamás experimenté goce tan desinteresado como al leer aquellos renglones anacrónicos.
Kant debía referirse a situaciones parecidas. ¿He dicho Kant? ¡Qué desliz!
Somos muchos más que "ellos" y además, más guapos, más jóvenes, más imaginativos, más sociables, más inteligentes...  Con la "extraña" excepción romana  —¿organizada por la propia policía?—, sólo nos pierde un pacifismo radical, romo frente al filo de la avaricia y mellado frente a la contundencia del fanatismo de lo políticamente correcto.
Ciertos medios dicen que en Madrid nos hemos reunido "unos miles de personas"... ¿Quién hace cuentas tan necias?


Los indignados de Nueva York, Berlín y Tel Aviv hacen más para imponer sentido común a nuestros "queridos" políticos que quienes abarrotábamos la calle de Alcalá y la Puerta del Sol, siempre descalificados en honor de las fórmulas "goebbelianas".  Es la única ventaja de tener gobernantes enérgicos con los débiles y sumisos ante los fuertes.
Extraña forma política la nuestra, nacida de una "democracia orgánica" y constreñida a resabios nazis y voluntades foráneas. Las raíces están podridas y el tinglado nos amenaza a todos. Deberíamos acuñar un término nuevo o recuperar los antiguos...

Buen rollo, batucada de piratas, resentidos y perroflautas, muchos jóvenes no todos sonrientes pero sí ilusionados, muchas camisetas verdes, alguna bandera republicana, ninguna bandera "constitucional" —son más útiles para el gamberrismo futbolero—.
Abundancia de carteles viejos;  pocos, imaginativos, y algunos... propios del "gracejo hispano", tantas veces elogiado por los aficionados a las coplas de "doña Concha", pero derivado hacia la contundencia: "Al IBEX35 por el culo se la hinco". Como lo de "en el quicio de la mancebía", pero a lo bruto.

Y hablando de mancebías... En la Puerta del Sol, el consabido cordón policial para proteger a...  el palacio de Gobernación. Me pregunto cuándo construirán un muro como el que había en Berlín o el que han construido en Israel para proteger a la presidenta de tanto resentido...

1 comentario:

  1. Irene Pérez Sánchez20 de octubre de 2011, 14:24

    Creo que para opinar sobre todas las cosas hacen falta numerosos puntos de vista y éste es en gran medida el mío.


    http://politica.elpais.com/politica/2011/10/17/actualidad/1318808156_278372.html

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